El ratón cumple 90

En noviembre de 1928 se estrenó en el Colony Theater de Nueva York el cortometraje de animación Steamboat Willie. El filme, también conocido como El botero Willie o Willy y el barco a vapor, es considerado el debut de Mickey Mouse y de su novia, Minnie. 

Aunque no es exacto que fuera su primera vez en la pantalla grande –la pareja ya había aparecido el mayo anterior en otro cortometraje de menor éxito en el momento titulado Plane Crazy–, es señalado como el momento clave en que arrancó una de las figuras más influyentes y reconocibles de la cultura popular en el mundo.

Mickey rebautizado
Al Perú llegó al poco tiempo. Su corto de 1930, El gato ausente, fue parte del primer programa de cine sonoro que se presentara en nuestro país.

Raúl Rivera, historiador de arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos especializado en cine animado, contó al Diario Oficial El Peruano que esta llegada de la factoría Disney a nuestras salas tuvo varias anécdotas. La más curiosa es que difundieron mal escrito el nombre del famoso ratón. 

Alrededor de su origen hay varias versiones y leyendas urbanas. Sin embargo, la versión oficial y más aceptada es que gran parte de la impronta de este ratón se debe a la imaginación y personalidad de Walt Disney. Tanto así que Mickey Mouse se convirtió en el sinónimo del conglomerado de sus empresas.

La fama de esta productora y de su frontman fue tal desde el inicio que en 1941, según nos recuerda Rivera, visitó el Perú con gran recibimiento oficial.

Lo que comenzó en el lejano 1928 como un ingenioso corto que echaba mano a las tecnologías del momento –el cine sonoro en ese tiempo daba sus primeros pasos– fue el primer paso para que Disney y sus productos cautivaran la imaginación de varias generaciones.


Diversificación
Tal vez en el siglo XXI suene ingenuo el argumento de ese primer filme de Mickey. En él, el ratón, en un acto de galantería con su novia, extraía sonidos de animales que encajaban con los de la melodía del folclor estadounidense ‘Turkey in the straw’. 

Luego, siguieron otros cortos que fueron perfilando su personalidad. Debido a su éxito, saltó a las tiras cómicas de los periódicos en la década de 1930.

Su primer largometraje, Fantasía, estrenado en 1940, también marcó época. 

Ahora su figura se encuentra en miles de productos. Videojuegos, series e infinidad de objetos de mercadeo con su rostro están disponibles para el interesado. 

Para no hablar también de la franquicia de parque temático más famoso del mundo nacida a mediados de la década de 1950. 

Una curiosidad es que por esa década un peruano incursionaba con filmes de animación hechos en nuestro país. Él es Rafael Seminario Quiroga, quien había aprendido el oficio en el estudio de Walt Disney.


Global
Pero más allá de eso, la influencia de este ratón y de lo que vino después se percibe en otras latitudes. 

Es común citar que Osamu Tezuka, figura clave del manga japonés del siglo XX, dotó a sus personajes de ojos redondos por su gusto a las películas de Walt Disney.

Ese particular gusto terminó influyendo en los colegas de su país y de otros lugares del Asia hasta hoy. 

La presencia de Mickey Mouse en otros ámbitos de la cultura también es destacable. 

Por ejemplo, son famosas las veces que la serie animada Los Simpson se ha referido a Mickey Mouse y al universo Disney sin decirlo directamente. De esa forma, además de evitar problemas legales, bromean sobre la política de este estudio cinematográfico de evitar el uso de sus personajes en producciones ajenas.

Otro caso es el de Rodrigo Fresán, escritor argentino, quien acorde con su estilo utiliza en varios de sus textos referencias a Fantasía.

En el Perú se vivió un período singular en la década de 1970. El gobierno revolucionario de Juan Velasco consideraba que los productos de Disney eran alienantes y servían de propaganda al capitalismo. No obstante esta posición oficial, el historiador Raúl Rivera recuerda que siguieron circulando las producciones de Disney, sean películas o tiras cómicas, sin muchas restricciones. 

Un caso singular más amable fue ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, de Robert Zemeckis. En ese filme se acordó la presencia del ratón el mismo tiempo que su competencia de Warner: Bugs Bunny.


Datos
54   mil millones de dólares se calculan los ingresos de Walt Disney.